La Alimentación en el Camino de Santiago

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Sin duda alguna la gastronomia es otro de los puntos fuertes que podemos encontrar en la ruta jacobea, pero en nuestro papel de peregrinos debemos cuidar la alimentación, fundamentalmente en el trascurso de las etapas.
Convendrá en general comer, pequeñas cantidades en numerosas ocasiones durante el caminar, así como hidratarse y beber frecuentemente (especialmente en verano si es la época que hemos elegido).  Una vez finalizada la etapa del día sí que podemos comer de forma algo más copiosa para reponer fuerzas.
ESTOS SON ALGUNOS CONSEJOS QUE DEBEMOS SEGUIR:
     1- Es fundamental dedicar tiempo suficiente a disfrutar de un desayuno completo que incluya lácteos, cereales (cereales en copos, pan, tostadas, pan de molde...), fruta o zumo y complementos (mantequilla o margarina, queso, fiambres, mermelada, miel, azúcar, etc).
     2- Puesto que cada etapa se tarda en realizar una media de 6 horas, conviene que cada 60 ó 90 minutos nos tomemos un breve descanso para beber e ingerir algo sólido que contenga hidratos de carbono, lo que nos permitirá mantener mejor el ritmo de ejercicio, y sobre todo por dos razones fundamentales: evitar la pájara y la deshidratación.
     3- El agua y estar bien hidratado es muy importante, sobre todo en días de mucho calor y humedad.  Es un error relativamente generalizado no beber agua ni antes ni durante el ejercicio, así como esperar a tener sed o hambre para comenzar a beber agua y tomar alimentos.  Asimismo resulta fundamental la rehidratación una vez terminada la etapa, incluyendo agua e hidratos de carbono.  Tanto incapié ponemos en este tema, que a comienzos del 2012empezamos a repartir gratuitamente agua mineral a los peregrinos en la etapa anterior a belorado.
     4- Caminar con el estómago lleno no es saludable.  La comida más importante del día hay que hacerla al final de la etapa, y si la jornada se alarga y es necesario comer de mesa durante la marcha, conviene optar por un bocadillo o un plato ligero de pasta o verdura.
     5- No es recomendable jugar con la idea de adelgazar en el Camino de Santiago en cuanto a cantidad de alimento se refiere.  Piensa que los peregrinos hacen grandes esfuerzos físicos y no debe ser un condicionante a la hora de ingerir poca cantidad de comida o pensar "voy a comer poco para adelgazar".  Si la idea de adelgazar es tu propósito, evita comer grasas saturadas o aperitivos salados, pero siempre bien nutrido, el ejercicio físico hará el resto.  No obstante, con la variada y "rica" gastronómia que encontrarás a lo largo del Camino, seguro que no pecarás de no estar bien alimentado, ya me entendeis...

( publicado en Los Cuatro Cantones)